Arroyo 821
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Lun a Vie de 10.30 a 20 hs. Sáb de 10 a 13 hs.
Del 27 de Julio al 15 de Agosto de 2011 - Inaugura: 19hs - Entrada: libre y gratuita
La presencia sostenida del escenario portuario sitúa la obra de Fernández Bravo en un diálogo intenso con la tradición pictórica consagrada al barrio de la Boca. ... los motivos recurrentes de su pintura -barcos anclados, edificaciones costeras, riachuelo- provocan distanciamiento respecto de los paisajes más conocidos de La Boca, por lo menos de aquellos que contribuyeron al imaginario del barrio y que aquí funcionan como referentes.
Por momentos, esta producción cuestiona la idea misma de paisaje a través de imágenes que eliminan la línea de horizonte y dificultan la posibilidad de perspectiva, aun cuando nunca abandona la tercera dimensión.
Mientras que en algunos casos la mirada se detiene atrapada en una superficie enmarañada de cielo y embarcaciones, en otros logra deslizarse en medio de un entrevero de sogas y mástiles para transitar un espacio abigarrado, oscurecido, no exento de cierta sensación opresiva...
...Para Fernández Bravo la fotografía constituye un instrumento que atañe exclusivamente a un primer momento del proceso creativo. El dibujo con tinta y pluma forma parte de una segunda instancia; pero son, finalmente, la materialidad de la pintura y la inclusión del color, los recursos claves que identifican esta poética.
El paisaje construido a través de esos recursos, el uso característico de los trazos negros y
contundentes genera imágenes que ya no inspiran situaciones melancólicas sino una visión teñida de dramatismo, más evidente aún en las escenas monocromas que en aquellas atenuadas por pequeñas zonas de color plano. En casi todas las obras la huella energética del pincel evidencia el trabajo corporal, el aspecto más gestual y expresionista de esta pintura.
Lo vuelve impulso, movimiento, gesto dramático a fuerza de golpes de pincel. Aun cuando la figura desaparece de escena, ese dinamismo casi
violento recupera las vibraciones de la actividad humana y en alguna medida rememora aquel fragor del puerto y el hacer de los trabajadores que observaba Quinquela Martín....
Talia Bermejo, Escenario de la Pintura, Paralelo 58