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Del 08 de Octubre al 08 de Diciembre de 2019 - Inaugura: 19hs
curada por Teresa Grandas y Pedro G. Romero
Sobre Joan Brossa
(Barcelona, 19 de enero de 1919-30 de diciembre de 1998). Fue poeta, dramaturgo y artista
plástico, aunque él calificaba de “poesía” todo lo que hacía.
El primer texto que firmó lo escribió durante la Guerra Civil española en el frente republicano
de la Batalla del Segre, y en junio de 1938 se publicó en el boletín Combate de la 30 División.
Cuando estaba en el frente lo hirieron en un ojo y por este motivo pasó el resto de la guerra en
el hospital y en la retaguardia.
Una vez terminada la guerra, lo movilizaron para cumplir el servicio militar en Salamanca. Allí
conoció a Enric Tormo, a quien mostró sus primeros escritos literarios de imágenes
hipnagógicas. A través de Tormo y de su amigo Manuel Viusà, conoció a J. V. Foix, Joan Miró y
Joan Prats. Bajo el magisterio personal de estas tres figuras Brossa orientó su carrera.
Sus inicios artísticos y literarios se sitúan en 1941 con unos poemas de carácter visual que
llamó “experimentales”, y sus primeros sonetos (La bola i l’escarabat, 1941-1943), así como un
objet trouvé de 1943 titulado Escorça. En 1944, comenzó su producción teatral con la obra El
cop desert y la prosa breve. Desde este momento, su dedicación se repartió entre estas
disciplinas, con la idea de que no existen los géneros ni las fronteras entre las artes, sino la
poesía como elemento común de su obra.
En 1948, fundó la revista Dau al Set junto con Antoni Tàpies, Joan Ponç, Modest Cuixart, Arnau
Puig y Joan Josep Tharrats. La época del grupo Dau al Set fue rica en diferentes aspectos:
continuó sus indagaciones teatrales en una línea dadaísta de absurdo y de destrucción del
lenguaje (en obras como El crim, Nocturns encontres o Esquerdes, parracs, enderrocs
esberlant la figura, de 1947, publicadas en Dau al Set); exploró otros terrenos dramáticos más
accionales (como el Postteatre o acciones espectáculo, escritas entre 1947 y 1962, o los
ballets de Normes de mascarada, 1948-1954); prosiguió la escritura en prosa (por ejemplo, en
Proses de Carnaval, 1949); experimentó con géneros populares como el romance (Romancets
del Dragolí, 1948); hizo incursiones en el guión cinematográfico (Foc al càntir o Gart, de 1948);
y participó en la primera exposición del grupo Dau al Set en la Sala Caralt en 1951, con tres
poemas experimentales, de los que se ha conservado uno (un martillo con un naipe formado a
partir de dos cartas), que podríamos considerar el inicio de sus poemas objeto, concebidos
como el apareamiento de dos objetos alejados.
Durante este período, conoció al poeta brasileño João Cabral de Melo Neto, que entonces
residía en Barcelona como vicecónsul de su país (1947-1950). Las conversaciones con él
contribuyeron al giro hacia el compromiso social de Brossa, como se refleja en los poemas de
Em va fer Joan Brossa (1950). Paralelamente, conoció a Antonio Saura y Manuel Millares,
miembros de lo que luego sería el grupo El Paso. La relación culminó en 1959 con la
publicación de un monólogo breve de Brossa, Barbafeca, publicado en catalán en el boletín
del grupo.
Muchas otras relaciones se remontan a los años 50: por ejemplo, con Pere Portabella y
Eduardo Chillida, o con Leopoldo Pomés, para quien escribiría el texto de presentación de su
primera exposición en 1955.
En 1959, empezó a crear obras de poesía visual concebidas dentro de una serie titulada Suites;
es decir, conjuntos de poemas experimentales, en collage o con incorporación de varios tipos
de materiales caseros muy pobres (por ejemplo, hilos, agujas o cordeles). Inició por entonces
sus colaboraciones con otros creadores de varias generaciones (realizaría medio centenar de
libros de artista).
Estos vínculos de Joan Brossa con las artes plásticas lo llevaron a concebir obras que integran
poemas literarios y visuales. El primer precedente de libro literario con poemas visuales fue El
saltamartí (1963). Otro ejemplo significativo es Fora de l’umbracle (1968), con algunos poemas
sobre el Mayo del 68.
A principios de los años 60 tuvieron lugar algunos estrenos teatrales destacados. Entre otras
piezas, La jugada (1953) y Or i sal (1959) suscitaron críticas adversas en la prensa. Pero en 1966,
la divulgación de la obra de Brossa recibió un nuevo impulso, sobre todo en el extranjero, con
el éxito del estreno de Suite bufa en Burdeos, con música de Josep Maria Mestres Quadreny, y
con Concert irregular, estrenada al año siguiente en Saint Paul de Vence con música de Carles
Santos, en el marco de una exposición en homenaje a Joan Miró.
Durante la segunda mitad de los años 60, inició sus colaboraciones con Pere Portabella como
guionista de varios filmes del cineasta; el primero fue el cortometraje No compteu amb els dits
(1967). También retomó la experimentación con los objetos, quizás como resultado de su
trabajo creativo con la serie de poesía visual Suites (1959-1969), que ya incorporaba pequeños
objetos; y a lo largo de 1970 creó hasta 44 libros manuscritos de poesía visual para una nueva
serie titulada Poemes habitables. En cuanto a los poemas objetos, en 1972 Brossa expuso una
primera muestra de ellos en una exposición colectiva en Barcelona.
Desde la época de organización clandestina de las fuerzas catalanistas y de izquierda contra
el franquismo, Brossa simpatizó con el Partit Socialista Unificat de Catalunya y con el sindicato
Comisiones Obreras. A pesar de la censura del régimen, su poesía se hacía eco de los
acontecimientos políticos del país.
A partir de los años 70, pudo publicar una parte considerable de su poesía inédita en cuatro
recopilaciones sucesivas: las tres primeras por Editorial Ariel (Poesia rasa en 1970, Poemes de
seny i cabell en 1977 y Rua de llibres en 1980), y un cuarto volumen publicado por Editorial
Crítica (Ball de sang en 1982). Por otra parte, entre 1973 y 1983, Edicions 62 publicó el teatro de
Brossa en seis volúmenes con el título de Poesia escènica.
El progresivo reconocimiento de su obra convirtió al poeta en un referente de la vanguardia
catalana desde los años 70, tanto en el terreno plástico como en el escénico y el literario. Por
otra parte, a partir de 1972, el poeta contó con el apoyo de Pepa Llopis, quien contribuyó a
impulsar la edición de su obra gráfica y sus poemas objeto. Todo ello condujo a Brossa a
participar en exposiciones colectivas e individuales.
En los años 80 y los 90, últimas décadas de su vida, se intensificaron las ediciones de poesía.
Aun así, tras su muerte repentina el 30 de diciembre de 1998, quedaron algunas obras inéditas
(El dia a dia, Mapa de lluites o Gual permanent), hoy publicadas. Durante esas dos décadas,
recibió peticiones para crear carteles, en los que aplicó su poesía visual. La demanda por
parte de galerías y museos fue la razón de que Brossa concibiera instalaciones y poemas
objeto de mayores dimensiones. El último escalón de la producción fueron los llamados
“poemas corpóreos” o poesía objeto en la calle, que eran el resultado de encargos realizados
por instituciones diversas, sobre todo ayuntamientos.
Algunos de los numerosos premios que recibió a lo largo de su trayectoria fueron el Premi
Ciutat de Barcelona, en 1987; la medalla Picasso de la Unesco, en 1988; el Premi Nacional
d’Arts Plàstiques de la Generalitat de Catalunya, en 1992; la Medalla de Oro de las Bellas Artes
del Ministerio de Cultura, en 1996; y el doctorado honoris causa por la Universitat Autònoma de
Barcelona, en 1999.
Su obra plástica pudo verse en numerosas exposiciones y retrospectivas, como la de la
Fundació Joan Miró de Barcelona (1986), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de
Madrid (1991) y nuevamente en la Fundació Joan Miró de Barcelona (2001), entre otras.