PEROTTI - GALERíA DE ARTE

Marcelo Bordese es un hombre de palabra y de pintura. Las obras agradecen sus comentarios, y las reflexiones que suele escribir son completadas por sus cuadros. Es un hombre de modales educados, ordenado, puntual, pulcro, y su pintura también.

Dibuja y pinta con una delicadeza tan extrema, tan desacostumbrada, que convierte en irresistibles a sus morbosos relatos. Con esa meticulosa manera de pintar y ubicado en el filoso límite donde lo sagrado quiebra en demencia, entona cánticos que enamora navegantes para luego tragarlos, por eso su obra es inolvidable. Como pasa cuando se contempla a Grünewald, su guía y maestro, con quién dialoga de tu a tu.

Poco tiempo antes de estos momentos de éxito de su obra, del reconocimiento que ha obtenido recientemente a través de premios merecidos, nos convidamos a dialogar obra a obra, para ver cómo conviven mis ocupaciones con las suyas. El resultado es esta muestra bipolar en su lugar (la Galería Perotti, donde además vive y trabaja) y en mi Espacio.

Julio Lavallén / octubre del 2013