Adriana Cerviño, Leandro Niro, Vilma Villaverde, tres artistas que conocieron lo maleable del barro y la alquimia del fuego en sus hornos de cerámica se reúnen en el Museo Casa Carnacini para hablarnos de lo humano y su complejidad.
Porque al igual que la arcilla primaria nuestra existencia está en permanente transformación. Es así que transitamos este mundo construyendo identidades móviles, afirmándonos en nuestros aciertos, reinventando conceptos, repensándonos. Nuestro SER se constituye de miedos, sombras, tempestades, deseos, batallas, rebeliones…
Recorrer esta muestra es encontrar al Humano-Artefacto, Humano-Industria, Humano-Tiniebla, Humano-Minúsculo, pero también al Humano-Naturaleza, Humano-Animal, Humano-Agua, Humanos para armar… cuyas piezas se escapan del encaje perfecto y del estereotipo que se construyó en torno a la imagen que debemos encontrar en el reflejo del espejo.
Hombres y Mujeres de ayer, de hoy y de mañana que se vinculan, se aíslan o se reencuentran pero que construyen aún sin saberlo una humanidad móvil, inestable.
Ahí estamos tan iguales desde la diversidad que nos caracteriza. Demos un vistazo por las múltiples formas que adopta nuestra intrincada humanidad sin olvidar la fragilidad de nuestra naturaleza porque al igual que las piezas cerámicas exhibidas merece el cuidado y el respeto necesarios para convivir en sociedad.