PABELLóN DE LAS BELLAS ARTES (UCA)

La exposición revela a un artista en cuya pintura, el color y un trazo vital, son protagonistas.

El color llevado al mas alto grado de pureza, de brillo, de exaltada luminosidad; una culminación en el color que responde a la intensidad emocional del artista.

Con la firmeza de una enorme precisión de las partes componentes, la fuerza y elocuencia de una acción directa en estado puro, Pino traduce la realidad, la inventa en términos de color y forma, y agrega al color y a la forma, la riqueza de su imaginación.

Pino emplea el dibujo para indicar la expresión de figuras fantasmales; emplea el color por su intensidad luminosa, mediante diferentes combinaciones, acordes o no, para difundir un relato.

Enlaza dos mundos: el del dibujo y el de la abstracción; la materia y el espacio.

La obra se ve animada por la calidad de las relaciones expresivas. Un fondo, y en oposición, ciertas figuras que han adquirido un sentido, se han transformado en algo simbólico.

La pintura de Felipe Pino lleva el espectador al suceso.

A través del dibujo, que precisa una idea, los sentimientos y el alma del pintor pasan sin dificultad al espíritu del espectador.

Su dibujo es la síntesis de una serie de percepciones que ha retenido, y que una ultima sensación desata. La decisión de su trazo es el resultado de una convicción profunda.

Pino nos deslumbra por la insistente expresión de ese goce casi salvaje que el artista manifiesta en la pintura.