Enry Bonanna resignifica la imagen desde su mensaje, técnica o estilo, instalando a partir de la empatía visual una reapropiación del contenido, no solo como nuevo debate artístico, sino también como símbolo inaugural.
Apunta a generar disimiles recursos y poéticas para tales apropiaciones desde la tendencia contemporánea del artista que interpreta, con su propia estética.
Así el artista encuentra un espacio entre su identidad y las nuevas formas de intervención compartiendo sala con obras de: Sebastián Chilemi, Felipe Giménez, Nicolás Hernandorena, Martín Palottini, Max Pedreira, Silvana Robert, Cristina Santander y Blas Vidal.