El recorrido por esta exhibición fue concebido como una suite, con un despliegue y una dinámica más parecida a la de una pieza musical que a la contemplación de cada una en forma aislada. Todas guardan relación entre sí, pero el nexo lo irá descubriendo el observador a medida que recorra esta especie de “texto” que se irá desplegando y “re-escribiendo en infinitas versiones.
Quien recorra este conjunto encontrará fronteras que demarcan un “afuera” y un “adentro” que nos advierten que no siempre somos nosotros quienes podemos elegir de qué lado estar. Muchas de las obras que se presentan nacieron en el período en el que nuestra casa se transformó en un refugio mientras las calles permanecían casi vacías, las ventanas de los comercios cerradas y nuestro vecino repentinamente se convertía en una amenaza.
A partir de contemplar este cuerpo de obras somos convocados, tal como menciona el autor catalán Enrique Vila-Matas *5, a “hacer un 3 desde la inmovilidad.
Matas escribe:
“...No lo dudemos más. Desde nuestro cuarto habitual, sin salir a calle alguna, nos ha sido dado el gran don (que tantas veces olvidamos) de ver la esfera que permite ver la simultaneidad del universo…”