Una serie, en diferentes técnicas y tamaños resolutivos, una selección de retratos con un común denominador: el alma a flor de piel.
Es así que Ànima, se compone de personajes de miradas dominantes, como un testimonio de presencia, transparentes, diáfanas. Ceñidas en rostros angulares se vuelven protagónicas.
Contornos rebordeados, generan el quiebre y el acento, entre el sentido expresionista de las formas y su contexto de plenos planos.
Sus figuras centradas en la escena nos interpelan, nos inquietan, tienen interrogantes que nos obligan a volvernos hacia ellas, casi como en un estado de complicidad.