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Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido

Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido

Louise Bourgeois

Del 19 de Marzo al 19 de Junio de 2011 - Inaugura: 18hs  - Entrada: $ 10.- Est $ 6.- Jub $ 4.-

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La obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis.

Por primera vez en la Argentina un panorama completo a través de 87 obras -dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- de la artista franco-norteamericana Louise Bourgeois, nacida en París en 1911 y fallecida recientemente, a los 98 años, en Nueva York.

Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis. En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”: “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”.

Fantasma del padre, ecos de la infancia, imaginario autobiográfico, el ser madre, la histeria, ejes, temas, reflexiones, escritos presentes en la exhibición que abarca 60 años de producción artística, en un recorrido integral de una de las artistas más destacadas, inclasificables y notables del siglo.

Género y representación fálica. Lo fisiológico. La dimensión onírica y el inconciente. Oscilantes, los trabajos de Louise Bourgeois no persiguen una geometría única ni se adaptan al realismo. Por el contrario, activan un vocabulario personal y persiguen una función emotiva: “Mi trabajo

es ocuparme del dolor”, escribe la artista. Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña MAMAN (1999) prologa la exhibición. Gigante en su amenaza. Enorme en su protección: Proa ubica en el espacio público una obra capital de Louise Bourgeois, como oportunamente hicieran Londres, Tokio y París.

Con Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, Proa vuelve a ofrecer la oportunidad de conocer la obra de una de las artistas emblemáticas del siglo XX. Louise Bourgeois convivió con los movimientos artísticos de su tiempo. Louise Bourgeois profundizó el pensamiento radical de la época. Louise Bourgeois tuvo las inquietudes que tuvieron muchos artistas. Sin embargo, su legado es irreductible al orden de las corrientes estéticas y las vanguardias artísticas. Un mundo propio.

El catálogo, editado en dos volúmenes bajo la supervisión del curador, reproduce, por un lado, una serie de ensayos que dan a conocer la riqueza de su pensamiento, acompañados por las obras presentes en la exhibición. La edición de 96 escritos inéditos de Louise Bourgeois, nunca antes publicados en inglés ni en español, revela el impacto que la práctica psicoanalítica tuvo desde siempre en sus procesos creativos.

Una exhibición histórica que consolida el acuerdo para difundir las obras más destacadas del arte actual, y que con el respaldo de Tenaris / Organización Techint en Brasil y la Argentina permite que Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido se presente en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro.

Departamento de Prensa, Buenos Aires, 2011

 

TEXTO CURATORIAL

 
  • Philip Larratt-Smith

Más que ningún otro artista del siglo veinte, Louise Bourgeois (1911 – 2010) ha producido una obra que se vincula de modo consistente y profundo con la teoría y la práctica psicoanalíticas.
Puede que los surrealistas hayan encontrado una vía de accesso a la imaginería del sueño y que la espontaneidad del gesto de los expresionistas abstractos esté ligada al inconsciente, pero el arte de Bourgeois permite comprender de un modo privilegiado la conexión entre el proceso creativo y su función catártica. En su conjunto, el arte y los escritos de Bourgeois representan una contribución original a la investigación psicoanalítica sobre la formación del símbolo, el inconsciente, la cura por la palabra, la historia familiar, la identificación materna y paterna, y el cuerpo fragmentado. A través de la exploración de materiales, formas y procesos escultóricos,
Bourgeois encuentra equivalentes plásticos de los estados psicológicos y los mecanismos del miedo, la ambivalencia, la compulsión, la culpa, la agresión y el retraimiento.


Hacer arte era para Bourgeois una “forma de psicoanálisis”, y encontraba allí una vía de acceso directo al inconsciente. A su juicio, el artista, privado de poder en la vida cotidiana, posee el don de la sublimación y se vuelve por tanto omnipotente durante el acto creativo. Pero el artista es también una suerte de atormentado Sísifo, condenado a repetir el trauma infinitamente a través de la producción artística. El proceso creativo es así una forma de exorcismo, un modo de moderar las tensiones y la agresión, y un acto de catarsis. Es también, como el psicoanálisis, una fuente de autoconocimiento. O como Bourgeois solía decir: “El arte es garantía de cordura”.
 

La carrera de Bourgeois en Nueva York comenzó con dos muestras individuales de pintura en 1945 y 1947, seguidas de tres muestras de escultura en madera e instalaciones ambientales en 1949, 1950 y 1953. No volvería a exponer individualmente hasta 1964, cuando presentó un innovador conjunto de esculturas abstractas en la famosa Stable Gallery de Nueva York. Estas figuras seminales de yeso, goma y látex fueron incluidas en la célebre muestra de Lucy Lippard “Abstracción excéntrica”, exhibida en la Fischbach Gallery de Nueva York en 1966, junto con obras de Bruce Nauman y Eva Hesse. Pero mientras Nauman y Hesse llegaron a las formas postminimalistas a través de la filosofía y el conceptualismo, la evolución de Bourgeois deriva de y se inspira en su propia experiencia psicoanalítica.


Bourgeois empezó a psicoanalizarse con el Dr. Leonard Cammer en 1951, año de la muerte de su padre. En 1952 comenzó su terapia con Henry Lowenfeld. Nacido en Berlín en 1900, discípulo de Freud en Viena, Lowenfeld emigró a Nueva York el mismo año que Bourgeois (1938), se convirtió en miembro destacado de la Sociedad Psicoanalítica de Nueva York y publicó numerosos trabajos. Bourgeois se psicoanalizó con él hasta principios de los ochenta. En los cincuenta, durante un período de retraimiento y depresión, no sólo se analizó sino que se sumergió en la lectura de textos psicoanalíticos de Sigmund Freud a Erik Erikson, Anna Freud, Melanie Klein, Heinz Kohut, Susanne Langer, Otto Rank, Wilhelm Reich y Wilhelm Steke.


Poco antes de la retrospectiva organizada por la Tate Modern en 2007, en la casa de Bourgeois se encontraron dos cajas de escritos y otras dos en 2010. Este material, hasta ahora inédito, permite ampliar y enriquecer nuestra comprensión del desarrollo artístico de Bourgeois y completar el recorrido que ofrecen sus copiosos diarios y notas de trabajo. Por su calidad literaria e importancia histórica, puede compararse a los diarios de Eugène Delacroix y las cartas de Vincent van Gogh. Constituye una obra complementaria que da cuenta de su vida psíquica y el legado del pasado. En estos documentos Bourgeois registra y analiza sus sueños, sus emociones y angustias, y sobre todo, sus sentimientos conflictivos respecto de cómo ser a la vez artista, madre y esposa. La relaciones entre sentimiento, pensamiento y proceso escultórico se esbozan allí con claridad. Los escritos, como la obra escultórica, representan además una crítica a la teoría psicoanalítica en su relación con la sexualidad femenina y la identidad. Iluminan a la vez su transición desde las obras figurativas de su período expresionista abstracto hasta las piezas abstractas que abrieron el camino al postminimalismo, y permiten apreciar cómo su relación con el psicoanálisis continuó siendo productiva hasta el final de su vida.
 

El retorno de lo reprimido será el primer análisis profundo de la relación entre psicoanálisis y arte en la obra de Bourgeois. La muestra incluye dibujos, pinturas y esculturas, así como una importante selección de sus diarios. El amplio espectro de las obras exhibidas se extiende desde las pinturas Femme Maison de fines de los 1940, hasta obras en tela y las acuarelas rojas de 2009. La monumental escultura de exterior Maman (1999), una oda a su madre, se instalará frente a la Fundación. Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra. Acompañará la muestra una publicación en dos volúmenes editada por Philip Larratt- Smith. El primero estará dedicado a los escritos inéditos de la artista, mientras que el segundo incluirá colaboraciones de reconocidos historiadores del arte y psicoanalistas. Entre los colaboradores se cuentan Larratt-Smith, Elisabeth Bronfen, Donald Kuspit, Juliet Mitchell, Mignon Nixon, Meg Harris Williams, y Paul Verhaeghe & Julie de Ganck.

 

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IMPRESIONES DE UN ARTISTA: DEL CAOS AL ORDEN EN LA OBRA DE LOUISE BOURGEOIS.

Por Juan Calegari


Recién llegado de San Luis a Buenos Aires y luego de estar ausente 50 días de la escena porteña, el artista visual Aníbal Garfunkel recorrió durante dos horas junto a Arsomnibus, una psiconalista -la licenciada Paola Calcerano- y el soporte fotográfico de Juan Cruz Lobo, la impresionante muestra de la franco estadounidense Louise Bourgeois, que hace días se inauguró en la sede de la Fundación Proa en la Boca, a metros del Riachuelo y de la inefable Vuelta de Rocha. 
Estas son las algunas de las impresiones de nuestros invitados especiales, ante las 85 obras que integran una mega exposición excepcional, titulada "Louise Bourgeois: el retorno de la reprimido", que clausura al público el 19 de julio.

 

Hubo asombro y silencios, entre la marea de argentinos y extranjeros -estuvimos los cuatro, un domingo por la tarde- que visitan diariamente la muestra (menos los lunes) ; y Garfunkel -quien en mayo próximo expondrá su propia producción artística, dentro del espacio Barrio Joven, que todos los años arteBA brinda a los artistas- varió varias veces su estado de ánimo, ante la mirada absorta de quienes transitan las cuatro salas de Proa destinadas a la obra de la artista.
"Veo gran autenticidad en el trabajo de Borugeois, porque ella moldea desde sí misma y desde una situación personal una obra que nos permite meternos en un rincón de su cabeza, creando imágenes de gran naturalidad artística, con una técnica admirable".


"Hay cierto encanto en lo siniestro y la brutalidad, sobre todo en el manejo de los materiales que utiliza para componer objetos de arcilla, modelados con absoluta maestría, donde trabaja mucho lo interno, lo hueco y el agujero que parece sustentar la realidad".


"Por eso es una obra muy contemporánea y coherente representativa del mundo en que vivimos".
"Me impresiona muchísimo Maman, esa escultura monumental que vimos al principio, porque la famosa araña guarda nueve huevos de purísimo mármol blanco, que -a mi juicio- están emparentados con los nueve meces de gestación de la mujer". 

 

"Es como si la artista misma hubiese tejido tramas y redes, nutriéndose de distintos estilos estéticos, para significar una única y particular forma de hablarle al público y de transmitirle sus entrañas y su perturbante mundo interior".


"Creo que su máxima -inconsciente quizás- fue: dibuja tu mente y pintarás la de las demás".

"Todo lo que vemos aquí hoy, es como sueño atrayente y a la vez escabroso, porque nos toca desde lo más profundo del ser y donde el cuerpo humano -protagonista principal de su obra- está visto (y decapitado), como un tejido más de la vida y de las cosas de este mundo, que a todos nos angustia".


"Es admirable la libertad con que trabaja y elabora técnicamente su obra y la carencia de preconceptos para expresar el resultado artístico de su labor". 

"La elección de materiales como el bronce, el mármol y el acero inoxidable denotan la pureza y solidez de sus creencias, y el amor y preciosismo técnico con que arribaba a ellos"

"Bourgeois nos transmite visiones de un mundo inexorable, donde hay que aceptarnos como somos y donde la realidad permanentemente contribuye a deformarnos y , nuevamente, a formarnos como finalmente somos. En definitiva, yo creo que la artista nos quiere decir que la realidad es mucho más compleja que una mera deformación, llamémosla equilibrada, de sí misma".

"Todas son imágenes muy potentes y, viéndolo bien, sus inquietantes arañas, si bien tienen su parte fuerte, a mí se me representan bastante amigables y generosas con el paisaje".

A todo esto, hay que decir que a Garfunkel y a Paola Calcerano, a veces les faltó el aire cuando vieron la muestra de L.B. (y que todos respiramos aliviados cuando salimos de nuevo a la calle), porque no dejaron de sugerir durante la recorrida, que sentían el conjunto de la obra concebida en un clima de bárbaro y tenebroso nerviosismo; y no en el sutil y estrecho desfiladero de la paz, que la artista -parece- nunca transitó. 

Claro: nuestra vivienda -el cuerpo- es una ruina insegura nos sugiere L.B. en esta exposición, porque su mano nunca negoció con los dioses y demonios de la moderna sociedad estadounidense, donde desarrolló gran parte de su vida.
Esta obra (cada una de ellas), seguramente explotó por los poros de la artista, que nunca desestimó sus vínculos con el psicoanálisis y su parentesco con el surrealismo de postguerra.

Tal vez, hay mucho de arrojo íntimo y personal y no de arrepentimiento: puro talento en manos de esta artista única que, durante muchos años de su extensa vida pagó el precio del silencio de la crítica mundana.
Tal vez, sus propios pecados y bendiciones se entremezclaron en la charla que tuvimos con Garfunkel y Calcerano.


Ella murió hace poco, a los 83 años, entre la tierra y el cielo, finalmente consagrada por la copiosa y para nada obsecuente crítica internacional que, curiosa y paradójicamente, antes -años atrás- la había ignorado y pasado por alto; como una de las más grandes, prolíferas y por cierto, temibles ( como la famosa, fabulosa y mortuoria araña, símbolo hermenéutico y alter-ego de la mega mater tejedora y protectora, que ahora está en Buenos Aires y que luego viajará directamente a New York ) manifestaciones artísticas del siglo XXI que, -obviamente- no la había visto nacer, pero sí crecer hasta el límite de la vejez y bucear en el -para ella- inescrutable y frenético destino humano.


Finalmente, Maman -de 22 toneladas de bronce- cumple varias funciones. Es, literalmente, el mascarón de Proa, porque da al sin igual y turbio río ( que nadie pintó mejor que don Quinquela Martín y se impone siniestramente a la entrada de la Fundación, donde hoy yace instalada parte importante de la obra de L. B. , como un único y gestual objeto creativo y tan elocuente, porque pareciera que desde el más allá habla por sí misma ( la artista); y también porque precisamente y preciosamente precede y antecede ( al aire libre ) la entrada de la muestra. Justamente, el renombrado artista boquense parece guiarnos aquí y allá, desde lo agrio del paisaje pictórico que lo vio nacer manifestarse y morir , hasta la cima de otro arte (el de L. B.) que reclama (a gritos luz), gran parte de lo que el arte contemporáneo nacional e internacional alberga y contiene de estupor y, de hediondo hondo, fondo ( olor) a fango.


Claro: hay algo que une y despiada a la artista con el mítico universo natural y putrefacto (el de este río), que sin lugar a dudas nos inclina a pensar la vida y el arte moderno, como dos caras de una misma moneda, donde sufrimiento y felicidad se alzan en gestación, para soportar el titánico y mitológico esfuerzo cotidiano que hace la humanidad para seguir con vida.

 

 
 

IMPRESIONES DE UNA PSICOANALISTA:
Puntualizaciones sobre la repetición en la obra de LOUISE BOURGEOIS.

por la Lic. Paola Calcerano, Psicoanalista.
 

Transitar por esta muestra, inaugura un tiempo para la reflexión ya que la artista utiliza como material de trabajo temas que movilizan por ser concernientes a la naturaleza humana. Bourgeois se sirve de sus miserias y de su dolor, la angustia opera como motor de su proceso creativo. 


Al respecto, Freud nos dice en su artículo “Múltiple interés del Psicoanálisis. El interés del Psicoanálisis para la Estética”, que el ejercicio de la actividad artística se dirige a mitigar los deseos insatisfechos, lo que sucede tanto en el artista creador como en el espectador de la obra de arte. Las fuerzas impulsoras del arte son aquellos mismos conflictos que conducen a otros individuos a las neurosis y han movido a la sociedad a la creación de sus instituciones. Lo que se liga íntimamente con la frase de la artista, “el arte es garantía de cordura”. 


El artista presenta realizadas sus fantasías vía una transformación que encubre lo revulsivo de sus deseos insatisfechos, ateniéndose a normas estéticas, ofreciendo al público un goce artístico. De esto habla en parte su obra “The Destruction of the Father (La destrucción del padre)”, donde Bourgeios destruye a su padre en la fantasía, dada la rivalidad instalada frente a la figura paterna.


Lo que se desprende de la obra de Louise Buorgeios, es una trama conflictiva que gira en torno a temas que se repiten una y otra vez de un modo compulsivo y así se perpetuán al infinito. A saber, las temáticas que aborda son: el manejo de la libido y la agresión, la ambivalencia afectiva (rasgo que se repite por excelencia), la dialéctica de las identificaciones con las figuras parentales, la maternidad, la culpa y el centro de la escena la ocupan sus temores, miedo que es la contracara del deseo. Esto deja entrever cómo las pasiones del ser (amor-odio-ignorancia), ponen de manifiesto las resistencias que impiden al sujeto acceder a su deseo y por lo tanto lo retienen.


Tal como lo señalara Philip Larrat-Smith, Curador de la mencionada muestra, “… el artista es también una suerte de atormentado Sísifo, condenado a repetir el trauma infinitamente a través de la producción artística”. En efecto, la repetición es un concepto fundamental en Psicoanálisis -tanto de la teoría como de la praxis- y es en esa praxis donde Freud advierte por primera vez la repetición y la describe en su texto “Recordar, repetir y elaborar”. En su escrito, “Más allá del principio de placer” introduce el concepto de pulsión de muerte que construyó a partir de su lectura de la compulsión a la repetición. Por su parte, Lacan en el seminario “La lógica del fantasma” piensa el estatuto de la repetición como constituyente del sujeto mismo y la articula en relación al acto. El recorrido mínimo que describí sobre este concepto, requiere de la lectura respetuosa de dichos textos y de otros que le dan sustento teórico pero no voy a detenerme en esto en esta oportunidad.


Ahora bien, en la obra de Louise Bourgeois la repetición se despliega en sus sueños, escritos personales, esculturas, dibujos, acuarelas, etc. Dado que el inconsciente no resiste, sino que repite, insiste en manifestarse. En palabras de Bourgeois “Un tema me atrapa y entonces hago bocetos y dibujos. Eso significa que la obsesión durará varios meses. Después desaparece y reaparece años más tarde. Nunca me siento totalmente satisfecha. Si lo estuviera, dejaría de trabajar y sería muy feliz”. De este modo, intenta dominar sus conflictos, repite como “modo de hacer” con la angustia.


El inconsciente sólo pide hablar y nos entrega sus formaciones: sueños, síntomas, fantasías, etc., nombradas como el retorno de lo reprimido (debido al fracaso de la represión). El material reprimido sólo puede retornar a la consciencia a condición de ser deformado –por efecto de la censura-, es decir velo mediante, un disfraz que proteja al yo frente a la angustia. 


En síntesis, la muestra “El retorno de lo reprimido” invita al espectador a ser partícipe de las escenas de la vida privada de la artista y zambullirse en las profundas aguas de su inconsciente. Sus obras hacen las veces de un gran espejo en el que nos reflejamos, y sin lugar a dudas nos moviliza ver lo que este espejo nos devuelve de nosotros mismos. 


Por último hay una cuestión que me parece interesante enunciar: el inconsciente está estructurado como un lenguaje afirma Lacan, un lenguaje que no muere nunca por lo que el inconsciente cobra una dimensión atemporal donde convive lo infantil con lo adulto. Así, pasado y presente aparecen engarzados en el hilo del deseo que pasa a través de ellos.

 

ARTISTAS PARTICIPANTES

 
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