Avda. del Polideportivo, 18. Las Rozas - Madrid
[mapa]
Lun a Vie 10 a 14 y 17 a 21 hs. Sáb 10 a 13.30 hs.
Del 21 de Marzo al 21 de Abril de 2013 - Inaugura: 20hs - Entrada: libre y gratuita
Adriana Zapisek ha consolidado a lo largo de su trayectoria un discurso plástico de una coherencia excepcional. Las dos grandes etapas que estructuran su producción (una primera de carácter geométrico realizada con aerógrafo y una segunda donde la abstracción orgánica es modulada con pinceles) suponen las dos caras de un mismo proyecto: la estabilización de una imagen poética, sugerente y misteriosa, capaz de activar nuestra mirada.
Partir de lo esencial (color, forma y composición) para llegar a una construcción de alta complejidad es uno de los principales logros de la artista.
Y todo ello, sin convertir su abstracción en un universo hermético y distante; al contrario, las pinturas de Adriana Zapisek siempre permiten una posible lectura referencial e incluso llegan a ciertos grados de narratividad.
Estas “historias en abstracto” (de hecho, así tituló la artista su última muestra individual en Madrid) aluden simbólicamente al paisaje y a las luces del Mediterráneo, pero también a los cuentos y leyendas de su Polonia natal o acontecimientos históricos que han determinado nuestro pasado y nuestro presente, entre otros muchos temas.
Por tanto, la artista parte de la realidad para diseccionarla, descomponerla y reconstruirla a través de su propio lenguaje: nada es evidente ni plenamente referencial, pero siempre mantiene un sutil anclaje con lo real. Esta huella, camuflada entre los ritmos orgánicos, fluctuantes e interpenetrados
de sus formas, es tal vez uno de sus principales hallazgos.
Adriana Zapisek, consciente de la inoperancia de mantener en la pintura actual una división neta entre abstracción y figuración, ha configurado un lenguaje donde lo invisible convoca a lo visible; también, donde la geometría activa lo orgánico; y, finalmente, donde la intuición sensible precede a la racionalización intelectual del diseño. En los intersticios que quedan entre estos binomios nace una obra que no ha dejado de plantear, a lo largo de más de treinta años, una búsqueda de lo inalcanzable.
Carlos Delgado