La complicidad de la mirada
La muestra reúne a tres artistas de persistente trayectoria. Nos es fácil producir en la soledad del taller, conversaban las artistas. Salir del taller y la nada. Una enorme desolación cubren sus palabras, solo aparece la luz cuando hablan de sus obras.
Lo líquido es un estado de la materia sin forma fija. La esencia del agua es móvil y cambiante. En la obra de Patricia Ávila, hay una mirada líquida que se entrega al papel para huir del maleficio- la ilusión- de la detención; en la obra de María Finocchietti son las huellas las que delimitan y a su vez expanden el sentido del transcurrir; en Brotes de la Aguada, de Sara Galiasso, el agua es lo que irrumpe, lo que deja el material para ser observado, ordenado bajo un nuevo orden, resignificado.
María se preocupa por las huellas: Las que a lo largo de nuestro transitar por esta vida, dejamos en nuestro núcleo más cercano, en nuestro entorno, y a veces quizás, en contextos más amplios. Me preocupan porque a veces las dejamos queriendo y otras veces sin querer. Las que nos dejaron otros, las que hemos dejado o vamos a dejar nosotros.
Su obra usa el agua como medio para registrarlas, reconocerlas, disfrutarlas.
Desde hace años trabajo con la idea de la selección y el orden, nos cuenta Sara. La selección de la mirada, la mía y la de otros en la recolección de restos del mundo natural. Para ella su trabajo se completa con la inclusión de trabajos de artesanos cuyas formas se refieren directamente a la vivencia del paisaje. Para ella utilizar esa materia cultural es una manera de reafirmar esa relación sujeto y entorno.
Patricia dice: No conozco una fragilidad más poderosa que la del papel de seda para acoger mi cuerpo entero reducido a líneas. En la línea está la presión y tensión del cuerpo.
Para ella el dibujo y el papel se acercan, se alejan, se deforman, se pierden, se entregan y se diluyen coqueteando con tu mirada que se concentra en el personaje en esa suspensión acuosa del dibujo. Ese dibujo que se vuelve luz brillando en una caja.
Y nos sentencia con sus palabras: Túestás ahí, con tu mirada líquida extendida y por fortuna todo es finalmente sencillo, porque dibujar es elemental como el agua.
Mariana del Val
Curadora