buscar

Suipacha 1217 [mapa]
Lun a Vie de 12 a 20 hs.

5 esculturas 5

5 esculturas 5

Muestra colectiva

Del 27 de Septiembre al 01 de Noviembre de 2011 - Inaugura: 19hs  - Entrada: libre y gratuita

 
anterior siguiente
 
 

La presentación de Mónica Canzio, Norma Siguelboim, Paulina Webb, Gabriela Heras y María Silvia Corcuera es testimonio que la escultura -una disciplina que requiere esfuerzos prolongados y lucha de todo tipo con el material- es hoy, simplemente, otro campo para el despliegue de energías del género femenino que parece no tener fronteras.
Después del estallido que se produjo en la escultura en el siglo XX invadiendo el espacio, con la aparición del objeto escultórico, la instalación y la utilización de materiales y técnicas nuevas, estas cinco protagonistas han encontrado su equilibrio personal, experimentando y seleccionando con rigor su camino propio.
Abiertas en todo momento a la aceleración constante del arte y la vida contemporánea, emprenden el ejercicio de su praxis como un aprendizaje interminable.
Conscientes que las innovaciones artísticas exigen del espectador una atención renovada, saben, al mismo tiempo, que este espectador no espera, sino demanda que su interés sea incentivado de continuo.
En varias ocasiones Gabriela Heras, Paulina Webb y Norma Siguelboim han sido seleccionadas como equipo para simposios de esculturas en hielo en Canadá. Los ambiciosos proyectos puestos en marcha demostraron la potencia de su vocación.
En esta exposición, cada una de las cinco artistas, presenta facetas diferentes de la escultura de hoy.

Las obras de Gabriela Heras aluden siempre a lo cerrado y a la apertura sólo como posibilidad. Ahí están la cerradura, el cierre relámpago para indicar la superación posible de la situación. Desprovistas de toda intención descriptiva y al estar fuera de escala, su presencia se vuelve enigmática ¿Son cierres que protegen o que clausuran? ¿Son elementos cotidianos o índices de negación e imposibilidad?
Heras no deshecha la policromía, tal vez para aligerar esa presencia, tal vez para desorientar e inducir a “otra” interpretación, la cual, como siempre, aguarda múltiple y contradictoria, pero en su caso siempre poética.

 

En las obras de Mónica Canzio hay un decurso que parte de una abstracción que podríamos calificar como constructiva, enriquecida por la alternancia de los diferentes materiales y del juego estructural de los llenos y vacíos.
Otro momento es el de Vertebrado con su ondulación en el espacio, generada por una curva muy pregnante.
El tercer momento estaría dado por una obra biomorfa, por su calidad táctil y el tratamiento del volumen.
Todas responden con acierto a la inquietud investigadora de la autora.

 

La escultura de Norma Siguelboim se destaca por formas que se reiteran ya sea aunadas por un hilo de metal como en Vertebrado IV o por establecer apretadas sucesiones rítmicas como en Vertebrado I.
En Ginzko hace una alegoría de la naturaleza, teniendo como referente un árbol de capacidad terapéutica y de supervivencia secular. La metáfora del árbol, surgida del cuerpo del hombre (Transformación V), o la alegre multiplicación de las hojas de Ginzko, funcionan como positiva afirmación de la vida.
Afirmación que se refuerza con la idea de refugio, amparo, protección, que aparece una y otra vez en su obra.

 

Paulina Webb nos sorprende con el uso del multilaminado y pátina en Mutación donde parece registrar un proceso generativo. Usa diferentes maderas: quebracho, algarrobo, urunday, cedro, anchico combinadas entre sí o a veces, con goma, mangueras transparentes, teclas o cuerdas de piano.
Sus piezas, verticales u horizontales, unificadas o divididas, contrapuestas o complementarias, imponen siempre su carácter fuerte y rotundo.

 

María Silvia Corcuera con extraordinario sentido del humor, erige la forma de peinetón que María José Herrera calificó de “orgánica, semejante a los abanicos”, enfatizando los ridículos excesos de esa moda del Buenos Aires de 1830.
Y además, siempre hay un inesperado margen de sorpresa en la obra de esta artista, quien presenta dos objetos escultóricos uno negro y otro azul intenso, que en el plano internacional podríamos llamar “azul Klein” y en el local “azul Dompé”. Realizadas en poliestireno pigmentado su  exuberancia decorativa se contrapone a la severa contención estructural.

 

Nelly Perazzo
Miembro de Número de la
Academia Nacional de Bellas Artes

 
ars omnibus auspician Buenos Aires Gobierno de la ciudad Ley de mecenazgo Itau Cultural Satelital Artebus